La primavera es una de las estratagemas de la naturaleza, escasamente comprendida (por muchos), que cada nueva estación amenaza con turbiar nuevamente mi estado de ánimo.
Kon su llegada, la felicidad de ayer se convierte en la tristeza de hoy, la tristeza de hoy en la melancolia de mañana...
Dentro de mí hay una rueda, que cambia constantemente de la tristeza al gozo, de los transportes de alegría a la depresión, de la felicidad a la melancolía.
A igual que las flores, los capullos de gozo de hoy se marchitarán y abatirán, y sin embargo recordaré que las flores secas de hoy llevan la semilla del pimpollo del mañana; así también la tristeza de hoy contiene la simiente del gozo del mañana.
¿Y cómo dominaré estas emociones para que cada día sea productivo?
Porque a menos que mi estado de ánimo sea el correcto, mi vida será un fracaso.
Los árboles y las plantas dependen del tiempo para florecer, pero yo elaboraré él mi propio.
Pero si yo les ofrezco a mis clientes lluvia y lobreguez y tinieblas y pesimismo, reaccionarán con tristeza, tinieblas y pesimismo y no me comprarán nada.
Si les ofrezco gozo y entusiasmo y claridad y alegría a mis clientes, reaccionarán con gozo y entusiasmo, claridad y alegría, y mi tiempo me producirá una cosecha de ventas y un granero de oro.
¿Y cómo dominaré a mis emociones para que todos los días sean días felices y productivos?
Aprenderé este secreto de los siglos: Débil es aquel que permite que sus pensamientos controlen sus acciones; fuerte es aquel que compele a sus acciones que controlen sus pensamientos.
Todos los días cuando despierte seguiré este plan de batalla, antes de ser kompletamnte kapturada por las fuerzas de la tristeza, de la autocompasión y del fracaso:
Si me siento deprimida, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enferma, redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzaré adelante.
Si me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si me siento insegura, levantaré la voz.
Si siento pobreza, pensaré en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.
Si se apodera de mi la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.
Si siento complacencia, recordaré mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordaré momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderosa, procuraré detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordaré una boca hambrienta.
Si me siento orgullosa en exceso, recordaré un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplaré las estrellas.
Podemos elegir la alegría, en vez de la tristeza.
Escoger la felicidad, en lugar de las lagrimas.
Optar por la acción y no por la apatía.
Podemos preferir desarrollarnos, en vez de estancarnos y quejarnos.
Podemos escoger la vida.
Y más aún podemos elegirnos a nosotros mismos.
Porque si no diriges tu propia vida, alguien lo hará por ti!
Vive la vida, escuxa tus sentimientos y hacte dueña de ellos, ya !!!
P.D: Prometo leer a diario :D