En primer lugar pediros disculpas por el abandono.
Después de un pekeño parón por aki estamos de vuelta, por k komo casi todo en la vida, nada acaba del todo; cada cosa se detiene para volver a empezar de nuevo. Y en eso estamos.
A dos meses ya del comiezo de curso escolar, kon mi casita organizada, creo por fín estar preparada para continuar contandoos más y más aventurillas. Los pekes, el trabajo, la casa, las miles de tareas cotidianas, preocupaciones familiares externas... no me lo pusieron nada fácil. Kon la llegada del buen tiempo y las vacaciones escolares, seguiros el ritmo se convirtió en misión imposible, hasta estresante, la verdad. Consciente de ello, decidí tomarme un tiempo e incluso prescindir de internet. De ahí mi ausencia tanto en publicaciones como en visitas, espero me podais entender.
Emocionalmente no fué nada fácil, kon lo k volcarme en mi chico y pekes fué la mejor de las alternativas. Verlos crecer tan felices y unidos, aprendiendo de cada una de sus travesuras, mediando en cada una de sus riñas, sintiendo la emoción ante cada uno de sus logros, reirnos juntos cada día, fué la mejor de las medicinas. Y esk, dicen k la intensidad de la vida depende de cómo la miramos y k la felicidad está presente en cada uno de esos pequeños momentos en los k podemos disfrutar junto a las personas que amamos. Cuanta razón.
Regresaré prontito, lo prometo. A la velocidad kon la k han crecido, os podeis hacer una idea de las miles de historietas k tengo guardadas en la memoria. Historias del Verano del 2011, k ocuparán un lugar especial en este El Diario de Mam@, su diario.
Un saludo.
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